miércoles, 30 de agosto de 2023

Cuarenta y tres años del Terminal Municipal de Maturín.


 Serie: Memoria y proceso.

Cuarenta y tres años del Terminal Municipal de Maturín.


Escribo este texto cuarenta y tres años después  de la fundación de la edificación que presta servicio de distribución de pasajeros  en la capital del estado Monagas.

Acudí a una amable invitación para la reinauguración del terminal, luego de que la Alcaldesa Ana Fuentes ordenara un proceso integral de reparaciones y acondicionamientos para garantizar comodidad para los usuarios y eficiencia en la prestación del servicio.

José Maza, Director de Transporte de la Alcaldía Bolivariana del Municipio Maturín ha organizado la celebración aniversaria y a tal efecto se ha hecho la convocatoria.

El 20 de abril de 1980 fue inaugurado el terminal interurbano de pasajeros, esta acción simboliza procesos de expansión y modificación urbanas que exigieron la construcción de tal edificación para sistematizar operaciones atinentes a la movilización de personas, y adicionalmente, concentrar en un territorio toda la urdimbre del movimiento de personas que se trasladaban desde el interior del estado y desde otras regiones del país. 

Dos días después de su creación es publicado en Gaceta extraordinaria, surgió como dependencia de la Dirección de Transporte y Vialidad de la Alcaldía de Maturín y sus definiciones y características estaban contenidas en la misma ordenanza que dió lugar a su creación , en la cual también se caracterizaba y establecía lo atinente al régimen tarifario .

Al momento de la creación del terminal de pasajeros  el Parlamento Municipal estaba dirigido por Alberto Garantón.

El 12 de agosto de 2009 fue aprobado en gaceta la creación de SATIM. 

El 11 de junio de 2012 se registra en gaceta extraordinaria el reglamento de SATIUSUM .

La crónica registra a Luis Morei como primer director de la estación municipal de movilización de pasajeros.

La entrada en funcionamiento de la edificación pública implicaría una intervención profunda en la urdimbre de asociaciones civiles que desde distintos puntos de la ciudad se dedicaban a la operacion de movilización de personas.

Concebir tal tarea, como sistema, permitiría avanzar en el desarrollo de políticas para la movilización de personas en el estado Monagas.

La compleja realidad que deriva del impacto de las mutaciones de la ciudad, asigna especial significación a la organización del tráfico vehicular, que en la medida en que se congestiona, genera agresiones ambientales y se suma militantemente al creciente calentamiento global  mientras aumenta el tiempo de las personas en embotellamientos urbanos, lo que lesiona la calidad de vida de los ciudadanos al consumir inútilmente su tiempo.

La construcción del Terminal inter urbano de Maturín generó una intervención sustantiva en el imaginario de la sociedad, que se vió en la necesidad de modificar sus itinerarios e incidió en las experiencias económicas que se estructuran alrededor de ese tipo de realidades.

La ciudad fue nutriendo cotidianamente una mentalidad que se forjó desde la participación y contemplación de procesos de gran complejidad que  determinaron imaginarios constitutivos de la tradición y del ámbito humano de las ciudades, lo cual es, finalmente, el objetivo o la razón de existencia de lo urbano.

Una ciudad no es una sucesión de cuadrículas de edificaciones, vías, o graficación de servicios en el territorio. Una ciudad es y existe, por la gente, por las personas que en ella habitan y transitan.

Antes del 20 de abril de 1980 era otra la relación de la gente del interior del estado con la ciudad de Maturín. 

Los rasgos determinantemente campesinos de los visitantes consuetudinarios que venían desde los municipios, impactaba la cotidianidad. Tal presencia convertía a Maturín en una y múltiple, que se hacía centro en la medida en que era territorio de tránsito para todo el estado Monagas y algunas entidades vecinas como Sucre, Anzoátegui y el que en aquel momento era Territorio Federal Delta Amacuro.

Maturín era el paisaje de lo que en ella se articulaba, y las voces de la mismidad monaguense se pronunciaban con holgura en el territorio en el que una vez se sacrificara heroicamente, por su defensa, nuestro héroe y mártir el cacique Maturín.

Las zonas de concentración de pasajeros fueron ocupando distintos espacios de la ciudad. En cierto momento se establecieron en lo que se conoce como el Mercado Viejo y posteriormente ocurrió un proceso de migración hacia el casco histórico de Maturín, las unidades de transporte colectivo llegaban a las adyacencias de la plaza Bolívar, al Banqueado y parte de la avenida Ribas donde se ubicaban autobuses  de las  empresas Expresos de la Costa, Expresos Neverí, Providencial, etc.

No era, simplemente, un proceso de carga y descarga de pasajeros sino una dinámica cultural y económica de significación trascendental en la constitución de imaginarios ciudadanos.

La ciudad no es, insisto, corpus de edificaciones sino procesos humanos, donde lo sensible es el rasgo predominante que particulariza y construye identidad.

Esta aproximación cultural a la ciudad de Maturín la hago por la emoción que me produjo participar en el 43 aniversario del Terminal Municipal de Pasajeros donde tuve el agrado de compartir  con Luis Farrera, Eduvelys Tovar, Rosmicer Ramos, Pedro Álvarez, Oneida  Rodríguez, el sacerdote Samael  Gamboa, José Maza y su esposa, Gina González y una gran cantidad de personas que hicieron presencia.

En este aniversario, como expresión de gestión de la Alcaldesa Ana Fuentes, el centro de distribución de pasajeros se encuentra completamente recuperado y en óptimas condiciones para prestar servicio a la comunidad y se constituye en el epicentro de un proceso de reordenamiento vial que tiene como objetivo hacer amable el ritmo y dinámica de la movilización de personas en la ciudad capital del estado Monagas.

Maturín está repensándose como ciudad inteligente y de alta humanidad, por ello las intervenciones en la estructura y en la política del Terminal de Maturín han sido realizadas pensando en la ciudad que se articula en este momento histórico.


Miguel Mendoza Barreto

Jefe de la Oficina del Historiador de Maturín.